Existen cuatro tipos de clasificación de sistemas de climatización que son:

Sistemas Aire – Aire: Intercambian aire entre ambas las unidades interiores y exteriores.

Sistemas más comunes en viviendas o comercios Se encuentran en techos falsos o muros conectados a difusores de aire y conductos, que disponen de unidad exterior por tuberías aisladas con los desagües pertinentes.  Como ejemplos de este tipo de climatización encontraríamos los splits y multisplits.

Sistemas Aire – Agua: Intercambio entre el agua de la unidad interior y el aire de la unidad exterior.

Instalaciones que utilizan el agua como base para aportar energía caliente o fría frente a bacterias que intercambian con el aire el calor, climatizándolo. Las maquinarias terminales pueden ser radiadores, inductores, fan-coils, climatizaciones centrales…. La principal diferencia frente a los anteriores es que aquellos no calientan agua, sino directamente aire, que los limita, mientras que los aire-agua también sirven para calentar agua caliente sanitaria y calefacción por la expulsión de aire caliente y frio.

Sistemas Agua – Agua: Intercambio entre agua de ambas unidades.

Estos sistemas utilizan el agua como portador de calor o frio, junto con una unidad terminal que aprovecha la temperatura para acondicionar un espacio. En estos sistemas es necesario elementos extra como unidades enfriadores de agua, bombas de caldera o calor. La principal diferencia frente los anteriores es que no utilizamos aire para aclimatar los espacios.

La ventaja de este sistema es que, si utilizamos por ejemplo una enfriadora por geotermia, a 15ºC todo el año, para estancias que estén más frías en invierno las podremos calentar con aire de ventilación y en verano enfriarlas, siendo un coste energético prácticamente gratuito.

Sistemas Agua – Aire: Intercambio de aire de la unidad interior con agua de la exterior.

Aportan calor por transmisión o radiación. Dentro de este tipo de climatización encontramos techos radiantes, suelos radiantes, convectores y radiadores. Permite la zonificación de aire. La zonificación en climatización tiene como objetivo el ahorro energético utilizando una base principal donde cada una de las estancias representa un microclima independiente que puede gestionarse al gusto del usuario.